El vacío es el camino hacia la abundancia
Mientras trabajo con CHI Sun, me doy cuenta de que hay otro tipo de dolor. No es químico. No es emocional. Este dolor se caracteriza por el impulso de enterrarlo. Es el vacío. La gente beberá alcohol, tomará pastillas, jugará incesantemente en la computadora con cosas como videojuegos y Facebook, verá noticias perturbadoras todos los días y comprará cosas que no necesita. Todo esto es para mantener el sistema nervioso y el cerebro tan ocupados que nos distraigamos del vacío.
Recientemente asistí a una reunión de grupo que abordó el tema de la adicción. Las personas inician sus adicciones con un método para distraerse del dolor interno del vacío. Es posible que beban cada vez más cerveza, jueguen más y más noticias o videojuegos, jueguen, beban mucho café o prueben drogas alucinógenas. Hay tantas formas de escapar del vacío. Los psiquiatras nos hacen probar todas las pastillas imaginables. Lamentablemente, este vacío es incontenible. Puede que lo mantengamos presionado durante un mes o un año, pero logra aparecer a pesar de todas las adicciones.
Resulta que esta es una gran oportunidad de ganancias. Las empresas buscan vender productos que enmascaren el dolor del vacío y sean adictivos. Algunas de las personas en la reunión a la que asistí hablaron sobre sus batallas por comer demasiada comida. Los cereales, aceites y azúcares procesados pasan directamente por el intestino hasta el torrente sanguíneo, alterando la química sanguínea. Esto los deja temporalmente inconscientes de su dolor. Sin embargo, deben seguir comiendo para que este método funcione. Me sorprendió que la mayoría de los miembros de este grupo hablaran de sus batallas contra las adicciones a los medicamentos psiquiátricos. Las pastillas funcionaron al principio, pero luego estas personas necesitan tomar más y más pastillas. Se sintieron fatal por las pastillas y finalmente, en todos los casos descritos, las pastillas dejaron de funcionar. Incluso en la dosis máxima, el dolor del vacío emergía a través de la muerte. Tratar de dejar los medicamentos permitió que el dolor se hiciera aún más fuerte.
Muchos en el grupo se vieron obligados a tapar el vacío, pasando de un producto que promete alivio a otro con la esperanza de poder encontrar la respuesta mágica. Sin embargo, este enfoque termina haciendo que los usuarios se conviertan en adictos en serie, adictos a productos que sólo son rentables para sus fabricantes. Me hace preguntarme si este vacío está en el corazón del consumismo. ¿Es nuestra desesperada necesidad de llenar el vacío lo que mantiene en funcionamiento los engranajes de nuestra economía?
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