He utilizado mi CHI Palm para mí y para mis animales. Había desarrollado fascitis plantar en mi pie derecho. Tenía tanto dolor que apenas podía caminar. Me dolía tanto el pie que no podía dormir por la noche. Me ataba el CHI Palm a la planta del pie para aliviar el dolor y poder dormir. Me despertaba sin dolor y caminaba con tranquilidad. Al final del día, cojeaba por completo y tenía mucho dolor.

Durante todo esto, pasamos nuestras vacaciones en Las Vegas durante la NFR. La única forma en que pude soportar toda la caminata diaria sobre el concreto fue poder dormir con el CHI atado a mi pie mientras dormía. Después de aprender sobre las causas de la fascitis plantar, comencé a usar mi CHI Palm en mis caderas y pantorrillas del lado donde tenía fascitis plantar. Me ataba el CHI Palm a mi pantorrilla por la noche. Si me despertaba durante la noche, movía el CHI Palm hacia donde estuviera el dolor en mi pie o pantorrilla. Cuando me despertaba, me ponía el CHI Palm en la cadera. Durante el día, si estaba sentado, usaba el CHI Palm en mi cadera.

Después de hacer esto durante ocho semanas a diario y aumentar medio número de calzado, estoy completamente curado. Nunca bajé el ritmo durante este tiempo y caminaba de pie sobre arena, tierra, terreno irregular, rocas y cemento. Seguí montando a caballo a diario y seguí compitiendo en carreras de barriles.

Usaría el Acute para controlar el dolor y ayudar a sanar donde más me duele. Me sujetaría el CHI Palm al pie o la pantorrilla y dormiría mientras lo tenía puesto (me encanta cuánto dura la batería antes de tener que recargarlo). Usé Balance en las caderas. Fui a que un quiropráctico me ajustara las caderas, pero desafortunadamente no pudo o no quiso ajustarme las caderas porque dijo que las tenía bloqueadas. Después de usar el CHI Palm en las caderas durante algunas semanas, mis caderas ya no estaban bloqueadas. Lo hacía entre 20 y 45 minutos en las caderas.

Me he curado a pesar de que me mantuve activo, incluso montando y compitiendo en carreras de barriles. Honestamente, no tenía idea de lo mal que estaba mi pantorrilla hasta que comencé a tratarla para ayudar a mi pie con la fascitis plantar. Me tomó 8 semanas de ser constante para lograr estar completamente libre de dolor y caminar con salud. Valió la pena. La fascitis plantar es muy dolorosa y no puedo imaginar tenerla durante años como le sucede a tanta gente.

Vivian – Los Ángeles