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La anestesia durante la cirugía dañó los nervios y me paralizó el lado derecho desde la cadera hacia abajo. El doctor dijo que no volvería a caminar. Ahora estoy caminando en un andador. Mejoró el sueño, redujo el dolor, eliminó el dolor del nervio ciático. No puedo vivir sin esta máquina.

-Margaret Gillespie (Lenexa, Kansas)

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