Más allá de lo convencional: acelerar la curación de mi mano con la tecnología CHI
Como especialista autónomo en TI y gráficos (y la persona que ayuda a traerle este sitio web y todas las hermosas fotos y arte), mi trabajo es tan diverso como dinámico y atiende a un amplio espectro de necesidades de los clientes. Esta variedad no sólo se adapta a mi TDAH, sino que alimenta mi pasión, manteniéndome constantemente comprometida y ansiosa por el próximo desafío. Mi TDAH trae consigo una combinación única de energía ilimitada y propensión a correr riesgos, rasgos que a menudo me resultan muy útiles en mi profesión. Sin embargo, esta falta de miedo y esta tendencia a la imprudencia me llevaron una vez más a una situación precaria con profundas consecuencias.
Un acto de equilibrio: mi camino hacia la recuperación de un percance de alto riesgo
Mientras instalaba algunos componentes de red para un cliente, me encontré haciendo equilibrios sobre una estrecha pieza de soporte metálico, intentando encaminar un cable a la ubicación de una cámara. A una altura de 10 a 12 pies, un resbalón resultó en una caída que me dejó con una rótula dislocada y una muñeca gravemente lesionada, aunque la extensión total de la lesión en la muñeca (una fractura grave) sólo se revelaría más tarde debido a la hinchazón que enmascaró el daño.
El viaje desde que me rompí la mano hasta darme cuenta finalmente de que no estaba sanando como esperaba fue una profunda lección sobre la resiliencia y la capacidad del espíritu humano para adaptarse a la adversidad. Durante tres meses, viví en un espacio liminal entre la esperanza y la incertidumbre, confiando en el proceso de curación natural de mi cuerpo mientras estaba bajo la atenta mirada de mi médico. La creencia de que la recuperación estaba en el horizonte, sólo para descubrir que la cirugía (un injerto óseo y un tornillo) era necesaria, fue un claro recordatorio de la fragilidad de nuestros planes y la fuerza necesaria para recalibrarlos. Perder la funcionalidad de una extremidad, incluso temporalmente, es un desafío profundo que afecta todos los aspectos de la vida diaria, desde las tareas más simples hasta la compleja interacción de responsabilidades profesionales y personales. Exigió de mí una resiliencia inquebrantable no solo para gestionar mi recuperación física sino también para mantenerme motivado y apoyar a mis clientes, mi familia y mi negocio. Este período subrayó la importancia de la paciencia, la necesidad de estrategias de adaptación y la increíble capacidad del espíritu humano para superar los obstáculos físicos y psicológicos que acompañan a cambios tan inesperados en nuestra salud y bienestar.
Los primeros días posteriores a la cirugía estuvieron plagados de dolor, una consecuencia común que abordé con hielo, elevación y descanso, complementados con la ayuda necesaria, pero a menudo no deseada, de analgésicos. Fue durante este periodo que comencé a incorporar el CHI Palm Infratónico 11 en mi rutina diaria, usándolo en modo Balance dos veces al día y en modo Deep Calm durante 10 minutos antes de acostarme. Los efectos no fueron inmediatos, quedaron oscurecidos por la niebla de la medicación, pero pronto noté un patrón: mi dolor se alivió significativamente entre 4 y 6 horas después de cada tratamiento, un testimonio de la eficacia del dispositivo.
En medio de la recuperación física, también enfrenté el desafío de mantener mi negocio y satisfacer las necesidades de los clientes, una tarea que mi condición hacía abrumadora. Fue aquí donde el dispositivo CHI Sun se convirtió en un aliado invaluable. Usado de manera intermitente a lo largo del día, no solo me ayudó a calmar mi mente y enfocar mis pensamientos, sino que también pareció desbloquear una reserva de creatividad. Esto fue particularmente beneficioso, ya que el estrés y la preocupación por mi negocio fueron compañeros constantes durante mi recuperación. El CHI Sun, junto con el CHI Palm, desempeñaron un papel crucial para aliviar este estrés, incorporando la terminología CHI de “disipar” la tensión y fomentando un ambiente sereno que propicia la curación.
A pesar del impacto positivo de estos dispositivos, mi afán por volver a la normalidad me llevó a abusar de mi mano, lo que resultó en un doloroso recordatorio de los límites de mi cuerpo. Este revés sirvió como llamada de atención, destacando la importancia del uso regular de CHI Palm. Infratónico 11 en mi régimen de recuperación. Al restablecer mi rutina, descubrí que mi cuerpo no sólo reanudó su curación sino que lo hizo con renovado vigor. Al mismo tiempo, aumentar el uso de CHI Sun me ayudó a mantener mi concentración e intención durante todo el día, un activo invaluable para alguien que padece TDAH.
Progreso notable: más allá de las expectativas
El verdadero testimonio de mi recuperación llegó 12 días después de la cirugía, cuando me quitaron el yeso quirúrgico y los vendajes y me quitaron los puntos. La radiografía posterior reveló un sorprendente nivel de curación ósea, con el tornillo bien integrado en la estructura de mi mano. El asombro de mi médico fue palpable al observar la curación acelerada, considerándola equivalente a lo que normalmente se espera cuatro semanas después de la cirugía. A pesar del progreso, me recomendaron un enfoque conservador, optando por un yeso en lugar de un aparato ortopédico para evitar el esfuerzo excesivo, una decisión basada en mi entusiasmo anterior por volver al trabajo.
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